Como fruto de la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Rusia reforzará sus capacidades militares en el espacio para defenderse mejor. Según dio a saber ayer lunes la agencia rusa de noticias Ria Novosti, Rusia fortalecerá el sistema de defensa aeroespacial en dirección occidental, en respuesta al despliegue del sistema antimisiles estadounidense en Europa. “En respuesta a este tipo de amenazas tendremos que fortalecer el sistema de defensa aeroespacial en esta área [la frontera occidental]”, dijo Viktor Ozerov, presidente del comité de Defensa del Consejo de la Federación, la Cámara alta del Parlamento ruso. En respuesta a este tipo de amenazas tendremos que fortalecer el sistema de defensa aeroespacial en esta área [la frontera occidental]”, dijo Viktor Ozerov, presidente del comité de Defensa del Consejo de la Federación, la Cámara alta del Parlamento ruso.
En esta misma línea, Ozerov señaló que para neutralizar tales amenazas, Rusia se ve forzado a desplegar medios adicionales. En concreto comentó que este refuerzo incluye también “el despliegue de sistemas S-400 [de defensa aérea de medio y largo alcance] y sistemas Iskander [misiles tácticos tierra-tierra con capacidad nuclear] en Kaliningrado, así como la creación de nuevas unidades en los distritos militares del Occidente y del Sur”. El anuncio del despliegue de sistemas de misiles Iskander y S-400 en Kaliningrado por Rusia inquieta a EE.UU., que tacha la medida de una amenaza para Europa.
Asimismo, Ózerov mencionó que uno de los argumentos que esgrimió Rusia al respecto con el despliegue del sistema antimisiles de EE.UU. en Europa, fueron los temores de que las instalaciones que se crean en el marco de este proyecto podrían ser fácilmente reconvertidas para albergar armas ofensivas, en particular, misiles de crucero clase superficie-superficie. "Actualmente estos temores se confirman," indicó. El pasado mes de mayo, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) activó un puesto estadounidense de defensa antimisiles Aegis Ashore en la base rumana de Deveselu (a unos 600 kilómetros al oeste de la península de Crimea), cuyo presunto objetivo es defender a Europa de misiles balísticos. No obstante, Moscú cree que el despliegue de este escudo complica la situación internacional y constituye, además, una clara amenaza a la seguridad nacional rusa.
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