Putin declaró ayer miércoles secreto de Estado toda información sensible relacionada con la cooperación militar de la Federación Rusa con otros países.Según reveló un documento publicado en el portal de información legislativa de Rusia, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmó un decreto que proclama como secreto de Estado cualquier información relacionada con la política estatal en la esfera de la cooperación técnico-militar. También el decreto incluyó "Ciertos eventos encaminados a plasmar la política estatal en la esfera de la cooperación técnico-militar de Rusia con otros países, y cuya divulgación anticipada podría representar un daño a la seguridad del Estado", y advirtió de que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia y el Servicio Federal de Cooperación Técnico-militar serán los únicos que podrán disponer de dicha información. De esta forma, el nuevo decreto amplió la lista de datos que representa un secreto de Estado para Moscú, formulada hace más de 20 años, en 1995. Las sanciones impuestas por EE.UU. contra empresas de defensa rusas, obstaculizan la lucha contra el terrorismo. Eso ocurre mientras, a mediados de octubre, fuentes parlamentarias rusas anunciaron que Moscú y Damasco (capital siria) firmarán un convenio mediante el cual Rusia podrá utilizar la base Tartus (oeste de Siria) por 49 años, una decisión que, según el Ejército sirio, cortaría el apoyo extranjero que reciben los extremistas. Asimismo, con el apoyo del portaaviones Almirante Kuznetsov, desplegado en las costas sirias del mar Mediterráneo desde finales de octubre, Rusia ha comenzado una nueva fase de su operación militar contra los combatientes radicales atrincherados en Siria. A petición del Gobierno sirio, Rusia lanzó el 30 de septiembre una importante campaña aérea contra los terroristas, sobre todo el EIIL (Daesh, en árabe).
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