Un politólogo estadounidense señala que en la actualidad las relaciones de EE.UU. con Rusia son muy malas y que las recientes acusaciones contra el Kremlin las están empeorando. Cohen dio inicio a su intervención abordando la polémica respecto a la supuesta colaboración de Rusia con la campaña electoral del multimillonario y a la hipotética existencia de pruebas de un sabotaje mediático a Hillary Clinton por parte de Moscú. En este sentido calificó la situación de "vergonzosa y venenosa", señalando que infortunadamente tales declaraciones han deteriorado las relaciones con Rusia y claramente provienen de la campaña de Clinton, que decidió "ir en contra de Putin en lugar de Trump".
El especialista asevera además que no es partidario de Trump ni tiene lazos con su campaña, pero lo único que desea es mostrar un "discurso racional" sobre las relaciones Rusia-EE.UU a diferencia de muchos políticos estadounidenses. Subraya que no es racional aquel que acusa a alguien de ser una "marioneta del Kremlin" cuando piensa diferente y tal vez solo busca cambiar la política estadounidense. Cohen rechaza la posición de algunos senadores y políticos estadounidenses que aseguran tener pruebas de la participación de Rusia en las elecciones a favor de Trump a pesar de no haber pruebas contundentes al respecto. Añade que incluso 'The Washington Post' afirmó que no existe evidencia contundente a pesar de ser considerado uno de los diarios más "pro Guerra Fría" desde hace años. "Nuestra relación con Rusia es muy mala y las acusaciones contra el Kremlin las están empeorando", resaltó. Por otro lado, el politólogo desaprueba completamente y califica de difamación las declaraciones del líder de la minoría en el Senado de EE.UU., Harry Reid, quien acusa al director del FBI, James Comey, de manejar indebidamente la investigación de los correos de Clinton y asegura que el consejero de la campaña de Trump mantiene contacto con los rusos de manera desleal e ilegítima.
Una segunda Guerra Fría en camino
El intelectual afirma que estamos en una nueva Guerra Fría "mucho más peligrosa que la primera". Por un lado, están los intentos de la OTAN por bloquear a Rusia militarizando sus fronteras occidentales en el mar Báltico y la crisis en Ucrania, dos situaciones que podrían desencadenar serios problemas que incluyen el uso de armas nucleares. Por otro, las recientes discrepancias de ambas naciones en medio del conflicto en Siria pueden convertirse en un arma letal para sus relaciones. A todo esto se suma la ausencia de un espacio de debate claro dado que la política exterior estadounidense y los medios de comunicación se han esforzado por mostrar como único culpable al presidente de Rusia, Vladímir Putin. Así, Cohen señala que EE.UU. mantiene una idea colectiva de que es "inocente y no ha hecho nada" para fomentar una nueva Guerra Fría desde la disolución de la Unión Soviética. Sin embargo, a su criterio tal afirmación claramente es errónea. "Eso no es cierto", enfatiza Cohen.
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